Si Sherlock tiene una quinta temporada, ¿debería tratar de emular las temporadas uno y dos?

No, no debería. La temporada 5 de Sherlock debería ser una era completamente nueva. El final de la temporada 4 empató todas las líneas de la trama desde la temporada 1, para que no haya extremos perdidos. El arco de Moriarty ha terminado. El arco de Barba Roja y María ha terminado. No quedan más secretos familiares que revelar. Y todos los personajes han crecido tremendamente emocionalmente. Sherlock y John finalmente se transformaron en los hombres que las historias de Conan Doyle pretendían que fueran. Sherlock ya no es un gran hombre, es bueno (qué mejora). Por lo tanto, canalizar las temporadas 1 y 2 sería un grave error. La temporada 5 en adelante debería ser sobre el futuro. Un nuevo comienzo. Y con suerte mucho menos oscuro que lo que hemos visto en la temporada 4. Tan maravilloso como fue la temporada 4, ese nivel de oscuridad solo es apto para esta temporada en particular solo. Con suerte, de ahora en adelante podremos ver momentos más alegres pero emocionantes, llenos de crimen, aventura, nuevas deducciones sorprendentes y acción. Y dado que ver a los personajes evolucionar es, en última instancia, lo más destacado de la serie, ¡espero que podamos ver la profundización de las viejas relaciones, así como la formación de nuevas!

Seguro. Nos enamoramos de un sociópata confeso de alto funcionamiento que era ajeno a las emociones humanas normales, porque su visión del mundo y sus habitantes era radical y sorprendentemente diferente a la nuestra. Nos convertimos en parte de un viaje que vio a dos seres humanos en los extremos opuestos del espectro unirse y deleitarse en la compañía del otro. Corrimos con ellos caso por caso, con John funcionando como la brújula moral de Sherlock y este último proporcionándole al primero la dosis de adrenalina que tanto necesitaba. Las dos primeras entregas de la serie mantuvieron la moralidad de su personaje titular tentadoramente ambigua, y con razón. Sherlock no era uno para vivir la vida según un código: no siempre se puso del lado de los ángeles, en sus propias palabras. Las series 3 y 4 tenían a los escritores empeñados en humanizar a este personaje; se requería cierta cantidad de humanización, sin duda, pero lo exageraron, cambiando el tono del espectáculo y sacrificando la ambigüedad y la esencia del personaje. La adición de personajes secundarios y la falta de adversarios fuertes tampoco ayudaron; El espectáculo se convirtió en una larga telenovela agobiada por sus propias tramas.

La Serie 4 no fue memorable, pero al menos tuvo una especie de conclusión definitiva, con los componentes melodramáticos atados, hasta cierto punto. Si va a haber una serie 5, sería una oportunidad fantástica para que los creadores entierren las viejas tramas para siempre y comiencen de nuevo, y nos devuelvan los personajes como los amamos originalmente y, si es posible, enriquecidos de las experiencias de esta serie.