En primer lugar, una trama coherente y equilibrada que tenía sentido interno.
En segundo lugar, no hay basura superflua (como Batman viendo trailers de futuras películas de DCEU en su computadora portátil)
Tercero, luz y sombra. Momentos de humor y calidez. Un sentido genuino de heroísmo.
Cuarto, un protagonista atractivo. A nosotros, el público, nos gustaba Diana y queríamos que tuviera éxito. Superman y Batman eran aburridos y miserables. Al igual que los adolescentes desnudos. A nadie le gustan los adolescentes adolescentes estridentes, incluso a otros adolescentes adolescentes estridentes.
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Quinto, no hay “momento Martha” donde toda la lógica de la película toma un breve descanso.
Sexto, algo de color en la pantalla. Y no hay montajes innecesarios en cámara lenta o cursi donde alguien golpea un neumático de tractor con un mazo porque … no, no sé, no me importa.
Séptimo, un villano con un motivo discernible y un plan vagamente comprensible.
Octavo, un poco de originalidad. Wonder Woman abrió nuevos caminos. Es una pena que le haya tomado tanto tiempo a uno de los dos grandes crear una película de superhéroes dirigida por una mujer (y no, Catwoman no cuenta), pero el crédito es el debido.
Noveno, no depender de efectos especiales mediocres para contar la historia.
Décimo, menos Affleck y sin Caville. Jesús, ese tipo es aburrido.
Probablemente hay más, pero ¿seguro que es suficiente?