Primero, juguemos con el mundo ficticio: si fuera inteligente (y es Bruce Wayne, por lo que probablemente tenga tanto la inteligencia como los recursos), habría una entidad legalmente reconocida conocida como “Batman” que podría jurar ante el tribunal esa identidad y podría dar testimonio en un tribunal de justicia. Además, el juez podría decidir que incluso si esta identidad no existiera, existían circunstancias suficientemente atenuantes que permitieron mantener su identidad secreta (como señala Matthew Bohrer, esto se ha hecho en el mundo real para agentes federales encubiertos).
Sin embargo, en el mundo real, donde en realidad no tenemos “superhéroes” con identidades secretas y miles de millones de dólares con los que manipular la realidad, es casi imposible que alguien brinde testimonio legal en un tribunal sin revelar su identidad, especialmente en un asunto penal, donde la Cláusula de confrontación se considera casi sacrosanta (demonios, los tribunales han tenido dificultades para justificar el testimonio de CCTV bajo la Cláusula de confrontación).