Es una combinación de dos aspectos importantes que deben tenerse en cuenta.
Primero: Frieza era el enemigo por excelencia que Goku tuvo que enfrentar para convertirse en un Super Saiyan. Una forma de poder que se consideraba mítica, a los ojos del Universo Dragon Ball Z.
Sin un enemigo tan abrumador y abrumador (en ese momento) como Frieza, esta transformación probablemente solo habría sucedido años después. Frieza estableció el punto de referencia para poderosos adversarios. Su reputación, que inspiraba miedo en todos en todo el Universo, incluso en los Kai, fue lo que hizo que su derrota fuera tan importante.
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Estableció a Goku como uno de los luchadores más poderosos del universo y elevó el listón para todos los otros adversarios por venir.
Es lógico entonces que la forma legendaria del Dios Super Saiyan se encuentre con el mismo adversario que inició la transformación original.
Segundo: Frieza nunca entrenó para volverse tan fuerte como él.
Lo que significa que su poder natural era tan increíble que podría enfrentarse a un Super Saiyan sin haberse entrenado en su vida. Eso es inaudito!
Cuando finalmente entrenó durante unos meses, logró desbloquear otra transformación que lo hizo aún más fuerte que un Super Saiyan Blue. La única razón por la que perdió fue porque su cuerpo no estaba acostumbrado al poder.
Cell, en comparación, todavía era un androide, y requería el poder robado de otros androides y seres para aumentar su propio nivel de poder. Estaba en su “forma definitiva” cuando luchó contra el adolescente Gohan, quien lo pateó como si fuera un juego.
Por lo tanto, Cell no habría durado un segundo contra los SSB Saiyan’s.