No tengo ningún problema al verlo. En realidad, me encanta este anime.
Sin embargo, dado que me he vuelto contra el Kremlin (por mi cambio de opinión política), Yuri on Ice es lo último que puedo decir positivo sobre Rusia.
¿Por qué? Porque…
- La representación de los derechos LGBT, algo con lo que el tío Vlad no está contento.
- El corazón encantador y cálido de Viktor Nikiforov le da poder para que Yuuri Katsuki se defienda.
- Yuri Plisetsky muestra el lado terco pero lindo de un típico adolescente ruso.
- Tiene personajes internacionales, algo que el anime japonés rara vez representa antes.
- Música: la canción de Dean Fujioka, creador de historia, inspiró a muchas personas.
Espero que la segunda temporada llegue allí, pero hay algo que quiero admitir.
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Dado que el anime ha estado involucrado en la política ya que el sentimiento anti-ruso actual es fuerte por el odio contra Rusia por Trump, Le Pen y su invasión a Ucrania, mejor, ¡no traigas la política a Yuri on Ice! Es inocente y cero relacionado con lo que Vlad Putin está haciendo en contra.
Me gusta el anime, pero como dije, la política es política, el anime es anime.