Dos programas de televisión británicos me han enseñado más sobre política que cualquier revista de noticias. Ambos tienen una secuela; ninguno tiene igual. Uno es serio, el otro no tanto.
House of Cards (TV Mini-Series 1990) y To Play the King (TV Mini-Series 1993)
Estoy hablando de la versión real, no de esa estafa estadounidense exagerada. Ian Richardson interpreta a Francis Urquhart, el oportunista a sangre fría y hambriento de poder que se convierte en primer ministro. Es mi villano favorito en un programa de televisión porque te lleva a pensar con él y a simpatizar con sus malvados planes y manipulaciones. A veces rompe la cuarta pared al hablar directamente con el espectador.
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Sí Ministro (Serie de TV 1980–1984) y Sí, Primer Ministro (Serie de TV 1986–1987)
Esta serie de comedia fue escrita por personas que conocían los entresijos de la política británica, las negociaciones de puerta trasera, las agendas ocultas. Paul Eddington interpreta a Jim Hacker, el ministro que se dedica a la política con ideales, pero le cuesta mucho apegarse a ellos. Nigel Hawthorne interpreta a Sir Humphrey Appleby del Servicio Civil. Se deleita en mantener el sistema burocrático, bloquea cualquier intento de reforma, usa jerga, retórica falsa y gramática compleja, y termina cada episodio diciendo: “¡Sí, ministro!”