¿Alguna vez has notado que cuando un libro se adapta al cine, la gente siempre critica a la película por no ser fiel al libro?
Los lectores hacen una cierta conexión con las sutilezas de los personajes, los detalles de la trama, las minucias que un director pasa por alto para reducir el tiempo de ejecución y el costo.
Estas cosas son importantes para el lector, y es casi imposible para el estudio de cine complacer a los fanáticos rabiosos de una novela de gran éxito.
Esto es lo que sucede con muchos videojuegos.
- ¿Es ilegal la piratería de juegos para un jugador?
- ¿Cuáles son las mejores / más geniales / las batallas más épicas en los videojuegos?
- ¿Cuánto de los sesenta dólares para un juego Triple A obtienen los desarrolladores?
- ¿Cuántas horas de videojuegos por semana considerarías poco saludables?
- ¿Algún otro videojuego tiene elementos similares a los tanques secundarios en Mega Man X?
Mira No Man’s Sky, una de las mayores decepciones del primer día en la historia de los videojuegos. Fue una decepción porque la “película” no coincidía con la narrativa que el estudio hizo girar mientras promocionaba el juego. Los desarrolladores le dieron al mundo del juego una historia: un universo infinito para explorar, construir, luchar, explotar, desarrollar, comerciar y sobrevivir. Tejieron una historia que despertó el apetito de los jugadores de una manera que pocas campañas promocionales hacen. La gente comenzó a formar ideas de cómo se vería el producto final. Lo jugaron en sus mentes de la forma en que sabían que tenía que ser.
Luego, el producto final omitió todos los detalles narrativos que esperaban los jugadores. Fue un desastre.
Otros juegos sufren de algo parecido al “síndrome del tercer álbum”. Estos son juegos de franquicias que los jugadores adoran tanto que cualquier falla en la próxima entrega que supere a los predecesores en todas las formas concebibles resulta en críticas inmerecidas para el juego y sus desarrolladores. Un buen ejemplo de esto sería Assassin’s Creed Unity o Mafia III.
En resumen, los jugadores crean expectativas tan elevadas sobre los juegos que no pueden disfrutar plenamente del nivel de narración de cuentos, arte, interacción y diversión que los videojuegos modernos pueden ofrecer.