1. Facilidad de juego: el sistema básico está configurado, funciona bien y no requiere la complejidad de muchos juegos cívicos posteriores. Por ejemplo: para construir una unidad, investigas la tecnología requerida, luego construyes la unidad. No te preocupes por los recursos o por tener demasiadas unidades en la misma casilla.
2. Velocidad: puedes jugar escenarios como el ww2 como un simple juego de guerra, con juegos multijugador posibles sin pasar una hora por turno.
3. Escenarios: Rise of Rome, Fantasy World y los innovadores escenarios de Test of Time (con cuatro mapas mundiales en capas como pisos en un edificio) proporcionan una gran cantidad de contenido interesante.
4. Cultura, religión y diplomacia: con respeto, estos son y han sido durante mucho tiempo los puntos débiles de la serie cívica, ya que no están bien representados o utilizados en el juego. Civ2 fue la última versión que no intentó fingir manejar estos temas. Las versiones posteriores trataron de hacer que te importara difundir una religión, construir tu cultura, atraer turistas, etc. Enfatizaron el fenomenal ais diplomático y los poderes culturales ridículamente simplistas. A veces es mejor no tener nada, que hacerlo mal.
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Todo lo dicho, para mí Call to Power 1 es, en general, la mejor civilización. Combina el mecanismo de clasificación de la falta de una rutina de juego de carga y salvamento con una tonelada de unidades de operaciones especiales hilarantemente malvadas (esclavistas, anunciantes, televangelistas, abogados, eco-terroristas, etc.).