No tan profundamente como podrías pensar. Si realmente intentaras calcular cada movimiento y respuesta posibles que emanan de una posición determinada, rápidamente encontrarás el árbol del juego demasiado tupido para mantenerlo en tu cabeza. Ningún jugador de ajedrez ha calculado variaciones de esa manera. Es simplemente imposible para cualquier humano hacer.
Alexander Kotov analiza esto en Think Like a Grandmaster. Antes de que pueda calcular las variaciones, un buen jugador de ajedrez debe saber qué movimientos pueden ser parte de cualquier variación que deba considerar. Solo al restringir el conjunto de movimientos candidatos podrás pensar más de dos o tres movimientos en el futuro.
Ciertas posiciones también son más susceptibles de calcular variaciones que otras. Si pasa mucho tiempo calculando variaciones en una posición que no lo necesita, es probable que pierda un tiempo valioso en el reloj.
Las situaciones relativamente simples, con una clara acumulación posicional por ambos lados, pueden no requerir mucho cálculo directo de las variaciones. En esa situación, puede ser más importante evaluar correctamente el valor de cualquier característica posicional particular en el tablero. ¿Es tu caballero generalmente más fuerte que tu obispo? ¿Tus peones del lado de la reina finalmente serán más poderosos que los de tu oponente? Y así. En esos casos, las variaciones específicas no lo ayudarán tanto como una comprensión clara de la evaluación posicional.
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Sin embargo, en una posición desequilibrada, con muchos motivos tácticos como piezas sueltas, piezas pinzables, pinchos, ataques descubiertos, reyes expuestos, peones aislados o hacia atrás, etc., puede ser mucho más útil calcular variaciones específicas. En ese punto, Alekhine y Capablanca probablemente argumentarán que la profundidad de su cálculo debería ser suficiente para sacarlo de las complejidades y llevarlo a una situación más simple en la que haya consolidado sus ganancias.
O, si usted es el que defiende, Alekhine podría decir que su objetivo debe ser mantener la mayor complejidad posible para controlar las debilidades más profundas en su posición. En ese caso, debe calcular las variaciones lo más profundamente posible. Pero por muy profundo que sea, dependerá de sus habilidades y la naturaleza de la posición. En algunos casos, solo lograr uno o dos movimientos hacia el futuro puede ser lo más razonable que puede esperar ver.
La conclusión es que no hay una profundidad específica que calcule un Maestro o Gran Maestro de ajedrez. Siempre depende de la situación particular. Algunas situaciones requieren cálculos más profundos, y algunas requieren una evaluación posicional más inmediata.